Cartagena de Indias, 23 de julio de 2023
A través de la Resolución 1121 de 23 de julio de 2001, hace ya 22 años, el Ministerio de Cultura declaró Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional (Monumento Nacional) al Convento San Diego, sede actual de la Institución Universitaria Bellas Artes y Ciencias de Bolívar Unibac.
El Convento San Diego está dotado de una arquitectura colonial religiosa, conserva todos sus detalles coloniales y lleva implícita su representatividad cultural tanto para el contexto departamental, como nacional.
Es, por tanto, referente importante en el ámbito cultural, artístico y académico del país.
La iniciativa de elevar esta solicitud ante el Ministerio de Cultura fue gracias a la gestión decidida e impecable de la rectora Sacra Náder David, quien además logra, también en julio de 2001 escriturar el Convento de San Diego a nombre de la Institución, a tan solo año y medio de haber logrado que a Bellas Artes la aprobaran como Institución de Educación Superior.
Para conocer un poco de sus 415 años de historia:
El Convento de San Diego fue fundado en 1608 y terminado de construir aproximadamente en 1625, gracias en gran parte, a los esfuerzos del capitán Jorge Fernández Gramajo, pero también a limosnas de los vecinos. Fue sede de la recoleta franciscana hasta 1821, año en que se decreta su supresión. Fue entonces Escuela de Náutica entre 1826 y 1831, posteriormente fue cárcel y penitenciaría entre 1833 y 1965, después fue unidad psiquiátrica entre 1969 y 1976, hasta cuando los pacientes psiquiátricos son trasladados al Hospital San Pablo. Ese mismo año, a finales, se cede el convento y su lote posterior para el funcionamiento de Bellas Artes, con el aval del Gobernador Augusto de Pombo Pareja e iniciativa de Eduardo Lemaitre Román. En 1996 se traslada el Instituto Musical que hasta ese momento mantenía actividades en la calle San Juan de Dios.
Existieron 2 contratos de comodato que cedían en préstamo de uso, el Convento y el antiguo a Bellas Artes, pero tales actos nunca fueron protocolizados, y se encontraban vencidos. El 28 de diciembre de 2007, luego de un largo lobby ante el gobernador Libardo Simancas, y el gerente liquidador de la Industria Licorera de Bolívar, Luis Lora Sfer, se logra que sea cedido el lote posterior, a título de donación gratuita, a la Escuela Superior de Bellas Artes.
El edificio ha recibido tres grandes intervenciones, la primera, durante la primera década el siglo XX, posterior a la explosión de la planta eléctrica en 1895, ubicada en la antigua huerta del Convento, realizada por Luis Felipe Jaspe Franco, quien le da el aspecto neogótico.
Posteriormente, en 1984 se realiza la segunda intervención a manos de la firma de Alberto Samudio T. & Cía. Ltda., devolviéndole al edificio su aspecto original. La última, entre los años 2008 y 2014, teniendo Bellas Artes ya la propiedad, el arquitecto Jaime Correa Vélez realiza las obras de consolidación, el proyecto de construcción del actual edificio contemporáneo en la zona posterior y la restitución de las rejas en el atrio.
Posteriormente, en el año 2016 son restaurados el 100% de las cubiertas del convento que se encontraban en total estado de deterioro. El proyecto de intervención de gran envergadura continúa en la actualidad modernizando las instalaciones y adecuándolas aún más a su función artística y pedagógica, para beneficio de toda la comunidad académica de la región y del país.
Después de conocer esta importante historia sobre el Convento de San Diego y de Unibac, podremos valorar y apreciar el patrimonio cultural que poseemos, esto nos ayuda a definir el sentido de pertenencia e identidad. Resguardar este legado histórico hace que las próximas generaciones puedan construir un futuro con fundamento, partiendo de los orígenes. Nuestro patrimonio histórico juega un papel fundamental para hacernos entender el pasado y es ahí donde radica su valor, por ello su protección es vital, se trata de las raíces que sostienen a la humanidad, aquellos elementos sobre los que se construye la identidad de los pueblos, un legado que ayuda a entender muchos sucesos del presente y a abonar el camino para construir un futuro cargado de historia, por eso su preservación dependerá que sigan vivos para las nuevas generaciones.
Se debe conocer la historia, legado para las futuras generaciones, para que emprendan un camino a partir de un conocimiento certero.